En la anterior redacción del Digesto, en el Título I, Capítulo I, Sección 1º relacionado a las
Solicitudes Tipo, se establecía: “Artículo 10.- No se dará curso a trámites donde en la
Solicitud Tipo se hayan enmendado la totalidad del nombre y apellido de alguna de las
partes o la totalidad de la identificación del dominio, aunque sea en uno solo de los lugares
donde éste deba figurar, aún en los casos en que las enmiendas estuvieran salvadas. Las
restantes enmiendas o raspaduras deberán estar debidamente salvadas por el o los
interesados (según el dato a salvar) o el perito verificador en el caso de verificaciones y
nuevamente firmadas en el lugar reservado a “OBSERVACIONES”. Aclárase que no
constituye enmienda, ni debe considerarse como tal el llenado de una Solicitud Tipo por
parte de distintas personas (por ejemplo: una parte el Encargado titular y otra el suplente)
o con distinto tipo de letra (mientras se haga a máquina o en imprenta) o de tinta
(mientras ésta sea negra o azul), razón por la que esas solas circunstancias no requieren
salvado alguno.”
Y el Artículo 11 rezaba: “Artículo 11.- Los Registros deberán llevar un libro especial foliado
en el cual registrarán en forma diaria las Solicitudes Tipo vendidas, entregadas
gratuitamente en los términos del artículo 2º de esta Sección o repuestas en virtud de lo
dispuesto en su artículo 5º, de acuerdo con el modelo que se agrega como Anexo I al final
de esta Sección. Respecto de las Solicitudes Tipo que se entreguen gratuitamente, sólo se
anotará en dicho libro su número de control y número de dominio al que se destinó, el que
se asentará en la columna destinada al nombre y apellido del peticionario.”
En la actual redacción de ambos artículos –producida por la Disposición DN Nº 353/15-
donde se receptan los cambios producidos por el nuevo Código Civil y Comercial de la
Nación, estas normas han variado mínimamente ya que tan solo se cambia el término
“NOMBRE” por el término “PRENOMBRE” tal como actualmente se halla redactado el
Capítulo 4º del nuevo Código Civil y Comercial destinado a regular el nombre de las
personas.
En una interpretación personal, el término “nombre” de una persona incluye la forma en
que es identificada frente a los demás, por lo que no solo incluye el llamado nombre de
pila sino también a su apellido. Por ello entiendo que el término “nombre” hace alusión a
lo que denominábamos hasta hoy como nombre y apellido. En consecuencia, en la actual
redacción del Código Civil, el término “prenombre” tan solo refiere a lo que usualmente
llamábamos “nombre” o “nombre de pila”, es decir a la forma de identificarse de una
persona sin tener en cuenta su apellido.
Consecuentemente, el Digesto tan solo recepta y amolda su normativa a los términos
usados en las nuevas disposiciones del Código, pero no realiza cambio alguno en la
aplicación de lo regulado en los Arts. 10 y 11 de la Sección 1º del Capítulo I del Título I al
reglamentar a las solicitudes tipo.
Por tanto, seguiremos interpretando en cuanto a los errores sobre prenombres y apellidos
de las personas que no podrán ser válidos, e invalidan a las ST, –aún cuando estén
salvados en el rubro observaciones- cuando ese error recaiga sobre la totalidad del
prenombre y apellido, tratando de evitarse así la “sustitución de personas”, tal como lo ha
dicho en distintos dictámenes la Dirección Nacional.
miércoles, 5 de agosto de 2015
martes, 4 de agosto de 2015
Registración de automotores ( Código Civil y Comercial 2015)
Otra de las modificaciones que consideramos trascendentes son las disposiciones
referidas a las cosas muebles registrables en general y por tanto aplicables a los automotores,
cuya regulación, el Decreto-Ley 6582/58 (DJA E-0492) –en adelante RJA- que introdujo un
sistema de registración constitutiva para adquirir y trasmitir el dominio de los automotores, en la
acepción del art. 5º RJA.
Las notables diferencias del sistema estructurado por el CC para las cosas muebles, cuya
norma básica es el art. 2386 (ex 2412) CC requerían de una actualización. Esta se advierte en diversas normas del CCyCN tales como el art. 1890 que dice que
“los derechos reales recaen sobre cosas registrables cuando la ley requiere la inscripción de los
títulos en el respectivo registro a los efectos que correspondan.”, ya que se incorpora
orgánicamente esta especie de cosas. Por otro lado es destacable la incorporación en el art.
1892, que se refiere al “título y modo suficientes” para adquirir derechos reales, de un párrafo
que dice: “La inscripción registral es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales
sobre cosas registrables en los casos legalmente previstos; y sobre cosas no registrables, cuando
el tipo del derecho así lo requiera.” El texto mejora la redacción de proyectos anteriores.
En el art. 1893 CCyCN, sobre oponibilidad, se establece: “Si el modo consiste en una
inscripción constitutiva, la registración es presupuesto necesario y suficiente para la
oponibilidad del derecho real.” Aunque nos hubiera gustado una redacción diferente,
consideramos positivo el texto.
En el art. 1895, párrafo 2º, CCyCN se recepta lo que opinaba la doctrina y
jurisprudencia mayoritaria al establecer que “Respecto de las cosas muebles registrables no
existe buena fe sin inscripción a favor de quien la invoca.” La novedad, con respecto a
propuestas anteriores, es que agrega en un tercer párrafo, que dice: “Tampoco existe buena fe
aunque haya inscripción a favor de quien la invoca, si el respectivo régimen especial prevé la
existencia de elementos identificatorios de la cosa registrable y éstos no son coincidentes.”
Esta disposición debe ser tenida en cuenta al aplicar el art. 392 CCyCN, sobre los
efectos respecto de terceros en cosas registrables, cuando el acto es nulo: “Todos los derechos
reales o personales transmitidos a terceros sobre un inmueble o mueble registrable, por una
persona que ha resultado adquirente en virtud de un acto nulo, quedan sin ningún valor, y
pueden ser reclamados directamente del tercero, excepto contra el subadquirente de derechos
reales o personales de buena fe y a título oneroso. Los subadquirentes no pueden ampararse en
su buena fe y título oneroso si el acto se ha realizado sin intervención del titular del derecho.”
Decimos esto en la convicción de que la exigencia de buena fe deberá analizarse con los
requisitos previstos en el art. 1895 in fine
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